Inteligencia Emocional – La inteligencia más allá de lo evidente

Inteligencia emosional

Cualquiera puede ponerse furioso… eso es fácil.

Pero estar furioso con la persona correcta, en la intensidad correcta,

En el momento correcto, por el motivo correcto

 Y de la forma correcta… eso no es fácil.

ARISTÓTELES – Ética a Nicómaco

Muchas veces cuando estamos llevando a cabo un negocio inmobiliario, nos enfrentamos a situaciones que pueden perturbarnos la tranquilidad o sacarnos de casillas, un cliente malhumorado o ventajoso, o alguien simplemente inconforme con el servicio prestado. Para esto es importante utilizar la Inteligencia emocional para no empeorar la situación, salvar los negocios y cuidar tu salud mental.

La inteligencia emocional es la capacidad por medio de la cual se busca mantener equilibrada la razón y la emoción; es decir lo que pensamos, pero en el momento adecuado, con las palabras indicadas. Es la emoción que se pasa primero por la razón, es ser uno mismo con un toque de diplomacia. Es la habilidad de hablar pensando en el sentir de los demás y previendo la reacción, el sentimiento y el impacto que tendrá en el otro lo que digo y lo que hago.

La inteligencia emocional debe ser una opción permanente en que debemos trabajar, como en la adquisición de cualquier tipo de conocimiento se puede desarrollar y mejorar. A continuación algunos puntos para tener en cuenta:

  1. Al expresar ideas o sentimientos. Se debe separar antes de hablar o escribir, la emoción o la pasión y la razón. Esto para no expresar con gritos, llanto, furia o dolor lo que queremos decir, de esta forma aseguramos que diremos solo lo que queremos decir de una forma más tranquila, calmada y menos complicada que si tomáramos otra actitud. Se actúa con inteligencia emocional cuando se controlan las emociones.
  2. Cuando enfrentamos conflictos. Es común enfrentar situaciones conflictivas, que en ocasiones pueden desencadenar acciones poco inteligentes emocionalmente. Es fácil herir a un ser querido, despedir a un buen empleado, faltarle al respeto a uno de nuestros superiores; situaciones que hubiéramos podido manejar su hubiéramos hecho un pare para pensar antes de hablar – antiguo pero poco aplicado concepto. Debemos tomar un tiempo para separar racionalmente lo que pensamos y sentimos, para mantener la calma mientras estamos en un momento de tensión, dolor, ira o presión.
  3. Ejercicios de observación. Para ser inteligente emocionalmente es importante observar y escuchar más que expresar. Debemos estar atentos a las señales que nuestro interlocutor nos muestra. Todos manifestamos señales permanentemente con nuestro lenguaje verbal y no verbal. Actuar con inteligencia emocional también tiene que ver con observar, analizar e interpretar.
  4. Estableciendo límites. Aunque no es positivo permanecer a la defensiva pensando que los que nos rodean pueden ser una amenaza, es importante poner límites como una barrera de protección flexible. No ponemos límites por miedo al rechazo o desaprobación, querer mantenerse en la zona cómoda y evitar el fracaso. Sin embargo generar límites hace que los demás comprendan de forma clara hasta donde pueden llegar y tú no deberás dar explicaciones, pedir disculpas o repetir lo que te gusta o disgusta, simplemente te van a conocer y a entender mejor; inclusive la acción de poner límites hace parte de tomar decisiones de vida, fortaleciendo tu carácter – esto colabora a la hora de no tener que arrepentirte de las decisiones que tomas o querer retroceder en acciones que hayas emprendido, ahorrando así tiempo y mejorando tu relación con otros y claridad mental y coherencia entre lo que dices y haces.
  5. Compartir lo que se siente o vive. En la medida que hablamos de lo que nos sucede lo resinificamos. Si trabajamos en hacerlo muchas veces con algunas personas de nuestra confianza será cada vez más sencillo y podremos mejorar nuestras habilidades comunicacionales, así como reflejarnos en las experiencias de los demás y entender la dinámica de algunas situaciones en la vida. Esto amplía nuestra inteligencia emocional, además de hacernos más sensibles y cercanos con nosotros mismos y los demás.

Recuerda que siempre estamos comunicando, los gestos, las palabras, las posturas corporales son acciones que dejan ver nuestro equilibrio mental y emocional. Ahora que hiciste conscientes algunas de las situaciones en las que podrías estar fallando, ponlas en práctica y así vas a aumentar tu nivel de inteligencia emocional.

Coni Aimola Hernandez

Gerente General

Aimola Gestión Humana Integral

www.aimolaconsultoria.com